A muchas personas les resulta sorependente la existencia de tantos mazos de Tarot, pero la respuesta es realmente simple. Al igual que la idea de Cristo, de Buda, de Shiva es una, y sin embargo de ellos existen infinidad de imágenes, pinturas, etc..el caso del Tarot es idéntico, la idea, el arquetipo, es una, pero el punto de vista de la persona que la materializa, inevitablemente la impregna de una serie de caracteriticas relacionadas con su nivel evolutivo, su inteligencia y su sensibilidad, lo que hace que cada obra sea diferente, pudiendo obtener el artífice un símbolo poseedor de enorme fuerza de comunicación con la mente subconsciente de quien lo contempla o bien carecer casi por completo del poder sugestivo necesario.
Es bien cierto que el grado de habilidad artisitica no tiene ninguna importancia en el poder de los símbolos y que obras de una gran tosquedad pueden comunicar mcho más intensamente que trabajos bellisimos realizados por personas cuaificadas en el mundo del arte.
Respecto a qué Tarot es el mejor, responderé con una frase que lei en un cuento infantil que hablaba del mundo de los gatos, y en este libro se decía que "el mejor gato es el que uno tiene"¨¨
Por eso el mejor Tarot es que tienes porque es el único del que ahora mismo puedes disponer, pero el mejor de verdad. es aquel que tú eliges después de haber contemplado varios mazos, simplemente porque a ti te gusta.
Sallie
Nichols estudió en el C.G. Jung Institute de Zürich, mientras Jung
estaba todavía al frente, y profundizó en la psicología arquetípica.
Desde entonces ha enseñado, principalmente en el C.G. Jung Institute de
Los Angeles, simbolismo del Tarot.
Recomiendo un libro innovador que ofrece una detallada y penetrante interpretación del Tarot y de la Astrologia
El profesor suizo Jung afirma que el inconsciente funcionaba al margen de las leyes de la lógica y la casualidad. El maestro suizo relacionó los diferentes Arcanos Mayores del Tarot con distintos Arquetipos presentes en el inconsciente colectivo y afirmó que una persona que viviera conscientemente esos arquetipos no estaría condicionado por esas fuerzas invisibles, devendría una persona individuada, por una parte lo suficientemente independiente para ser incorformista y por otra con una gran seguridad personal para ser conformista.
Interesante la descripción que Sallie Nichols hace de este tipo de persona en su obra Jung y el Tarot, del que entresacamos unas lineas al respecto:
"Una persona individuada se siente realmente como expresión única de la divinidad, no tiene necesidad de demostrárselo a nadie. En estas personas puede apreciarse una cualidad indefinible en su modo de ser que nos atrae....A menudo esta persona parece más presente y activa en silencio que aquellos que participan de una manera activa, porque está en contacto con su propio si mismo. La comunicación es tan abierta y fácil que le comprendemos y, a pesar de eso, nos inquieta. Por un lado es la persona más original que hayamos encontrado jamás, y por otro, es igual que nosotros. Es una paradoja".
A través de la analogía con las humanidades, la mitología y las artes visuales, La autora Sallie Nichols ayuda a que cada lector experimente de forma única y personal las intrigantes imágenes del Tarot. Considerando los arcanos mayores como un mapa que describe el viaje hacia la autorrealización, la autora nos ofrece diversas técnicas para utilizar las cartas y adquirir concienciamiento práctico en el camino.
Russell A. Lockhart, reconocido analista junguiano, ha comentado sobre el libro: «Dos grandes tradiciones se casan en esta obra: el Tarot mágico e incontrolable y la psicología arquetípica de Jung. Esta boda, tan esperada como debida, ha sido posible no sólo por la habilidad y la sabiduría de S. Nichols, sino también por su amor y cuidado por las imágenes del Tarot. El resultado es un soberbio y significativo volumen que servirá de alimento a las mentes más críticas. Todo lector que sienta interés o fascinación con el poder de la imagen sobre la psique encontrará en Jung y el Tarot justamente eso: un viaje al reino donde la imagen, la psique y el alma encuentran su frente y su meta».

Cuando la psicología nació a finales del siglo XIX, ya se llevaba mucho tiempo hablando acerca de algo llamado mente. De hecho, en muchos aspectos las teorías psicológicas y las metodologías utilizadas por los primeros psicólogos se fundamenta justamente en lo que en ese momento histórico se entendía por "psique".
En cierto modo, la psicología se apoyaba en posiciones que no son tan científicas como filosóficas, y que tenían mucho que ver con una doctrina conocida como dualismo.
El concepto de Jung de la sombra no es algo negativo sino que podríamos definirla (una de tantas definiciones) como una reacción opuesta y de idéntica fuerza que la cara que presentamos al mundo; se trata pues de un balancín psíquico, de un aspecto interno que nos equilibra y que si estamos dispuestos a escucharla a la sombre, llegarmoes a conocernos mucho mejor pues compensa aquello que le falta a nuestra personalidad exterior para llegar a ser aquello que ya somos pero no nos atrevemos a aceptar. La perfección no existe, no podemos ser perfectos, pero si que podemos alcanzar la plenitud. Curiosamente el Tarot nos habla de llegar a esa realización plena o completa, espiritual . a través de dos cartas que a priori inducen a pensar lo contrario; El Diablo y La Luna nos hablan, con su lenguaje simbólico, de esa otra cara oculta de nosotros mismos, de esa lucha que mantenemos dia a día con nuestro con nuestro consciente y inconsciente, lucha estéril por supuesto dado que la integración de ambas facetas es la que nos dará las claves para consegir nuestro destino. El inconsciente no es, como nos ha hecho creer la psicología tradicional, esa especie de basurero donde se agolpan nuestros miedos y traumas, sino que se trata de un ámbito rico y profundo desde donde irrumpen nuestras más secretas aspiraciones y anhelos. Saber comunicarse con él es la mejor manera de sentirse pleno e integrado con el mundo.
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