Este artículo del Blog ha sido redactado con el objetivo de desarrollar el tema
en cuestión del Angel de la Guarda, basándonos en las enseñanzas que al respecto encontramos en
las obras espíritas.
Esentidad, la cual comúnmente llamamos Ángel de la guarda, es un Espíritu protector de orden elevado al que se le ha asignado o ha escogido la misión de tutelar a otro espíritu durante su encarnación terrestre. Es conocido también como guía espiritual y permanece con su protegido desde el nacimiento hasta la muerte,
muchas veces continúa como su mentor más allá de la pérdida del cuerpo
físico e incluso en varias reencarnaciones. Esto no le impide que pueda
proteger a otros individuos, pero lo hace menos exclusivamente.
Cada persona tiene su Ángel de la Guarda, desde que nace, sea o no creyente. Ese ángel se dedica por completo a esa persona que tiene a su cargo :
-Le protege del mal y las tentaciones del demonio.
-Le acompaña en su vida diaria.
-Le ayuda a conseguir sus deseos si se los pide con el corazón.
-La guía a través de divinas inspiraciones para que comprenda a Dios.
-Le consuela de sus penas.
Su naturaleza espiritual implica muchos poderes y posee una perfección en comparación con nosotros, pero:
-Igualmente, no conoce los secretos de Dios.
-No sabe el destino del hombre.
-Conoce mejor nuestras acciones que los pensamientos.
-No puede predecir el futuro, ni siquiera el suyo, pero nos avisa.
Ahora bienm, su sabiduria y poderes dependen de Dios. En realidad se comportan como un humano muy sagaz y poderoso, como un buen juez y psicólogo. Lo más importante para contactar con nuestro ángel es imaginarlo como nuestro mejor amigo.
Esta creencia puede parecer ridícula para alquien que solamente cree en la ciencia, pero eso no indica conocimiento sino ignorancia e incredulidad por aquello que no cree.
Cada vez que nos sentimos solos o desgraciados, nos olvidamos de que a nuestro lado está nuestro ángel guardián sufriendo por nuestro dolor. Pero aunque esté a nuestro lado, los problemas debemos resolverlos nosotros y soló recurrir a él cuando sean insalvables.
Incondicionales y fieles esperan que les pidamos ayuda, que contemos con ellos y que presintamos su compañia.
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