"Los espíritus no tienen siempre la posibilidad de manifestarse a la vista, aun en sueño, y a pesar del deseo que se tiene de verles, causas independientes de su voluntad pueden impedirlo.Muchas veces esto es también una prueba, de la que el deseo más ardiente no puede librar.
En cuanto a las personas indiferentes, si vosotos no pensáis en ellas, es posible que ellas piensen en vosotros. Por lo demás vosotros no podéis formaros una ideade las relaciones del mundo de los espíritus, encontraréis allí una porción de conociminetos íntimos, antiguos o nuevos, de los cuales no tenéis ninguna idea en el estado de vigilia".
Los espiritus, como se ve, son pues seres semejantes a nosotros, formando a nuestro alrededor toda una población invisible en el estado normal; decimos en el estado normal, porque como lo veremos, esta invisibilidad no es absoluta.
El perispíritu es el principio e todas las manifestaciones; su conocimiento ha dado la llave de una porción de fenònmenos, ha hecho dar un pso inmenso a la ciencia esp´rita, y que ésta entrase en una vía nueva, quitándole todo carácter maravillosos. Por conducto de los mismos Espíritus hemos encontrado la explicación de la acción del Espíritus sobre la materia, del movimineto de los cuerpos inertes, de los ruidos y de las apariciones, pues es preciso tener muy presente que ellos mismos son los que nos han puesto en el camino para todas estas investigaciones.
Encontramos en el perispíritu la explicación de muchos otros fenòmenos que nos quedan por examinar antes de pasar al estudio de las comunicaciones propiamente dichas. Se les comprenderá tanto mejor, cuanto más a cuenta nos daremos de las causas primeras. Si se comprende bien este principio lo aplicaremos con facilidad a los diversos hechos que podrán presentarse al observador.
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